BOANERGES

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domingo, 10 de enero de 2010

EL OLVIDO

ESTO ES UN FRAGMENTO DE UN TODO



...Tus leves recuerdos apenas riegan mi mente. Chiste macabro de mi memoria que hace de ti un desierto.
Tu lengua, tus dientes, tus labios… se fundían en mi boca y el paso de tu saliva por mi garganta me traían trozos de tu aliento. Más el sabor de esos besos… que pena no los recuerdos. Quedan vomitados en el olvido y desterrados de mis adentros.
¿Y tus manos, y tú piel, y tu pelo…? tu olor arrancado de mi mente. El olvido cicatriza y borra de la memoria hasta el más íntimo de los hedonismos. Hasta el olvidarte es un castigo que no entiendo.
Veo tu rostro en la alberca del pasado. No has cambiado nada. Yo tampoco. Te sigo amando a pesar que no percibo en mi corazón el olor de tu cuerpo ni el sabor de tus besos. En cambio tu voz y tu sonrisa en mi memoria se mantienen ligeros, débiles, efímeros... menos da una piedra se suele decir. Para mí ya es mucho. ¿Hasta cuándo? En cierto modo mi corazón es el único que lo sabe.
A pesar del dolor, mi sangre se aferra en mantener viva una lava apagada sin comprender los motivos. Perdido tu rastro en mis pensamientos sólo te puedo seguir por instinto, a tientas, con los ojos cerrados. ¿Hasta cuándo? –me vuelvo a preguntar– Quién sabe cuánto durará el castigo del olvido para que deje de castigarme...
Luís Ramos Figueroa.-

INTERNET

Hoy me encuentro triste al saber la ruptura matrimonial de dos buenos amigos. Lo de siempre cuando se juega con fuego en internet y termina uno quemándose. Lo jodido del asunto que no es la primera vez que pasa y seguro que no será la última. Internet tiene esa idiosincrasia, que extraños se meten en la vida de los otros sin saber los peligros que pueden acarrear ese juego a la invitación de poder entrar en los rincones del pensamiento y llegar directo al corazón. Cuando te das cuenta es demasiado tarde. Tú vida ha cambiado y todo lo que te rodea también.
El caso es, que yo lo sabía o más bien lo intuía. No por ser adivino ni más inteligente que nadie, ya me guardaré de mis jactancias pestileras que da la arrogancia del sabelotodo. El percibirlo es simplemente por obviedad. Los juegos todo el mundo sabe que a veces se ganas al igual que se pierde. El jugar muchas veces lleva consigo en un porcentaje muy alto que la suerte te dé la espalda. La lógica es aplastante. Lo que me fastidia es mi amigo, que sin jugar ha perdido su mujer, su hogar... y a mi amiga el tiempo le dirá si el cambio de uno por otro ha merecido la pena. Ella convencida cree que sí, que ha ganado, y la verdad no es momento de hacerle ver que la creencia no es confirmación aunque si es el camino para llegar ella. Lo cierto, que la belleza de la novedad comida a diario se convierte con los años en fea rutina. Si la jugada es buena o mala, la respuesta como he dicho la dará el tiempo.
Todo empezó hace unos meses. De visita en casa de ésta pareja amiga, me comunicaron que se habían instalado internet. Todo de lo más normal. En la mayoría de los hogares internet se ha hecho tan familiar como la propia familia.
A mis amigos —desde siempre— sus allegados le hemos observados en sus miradas, en sus gestos, en su forma de tratarse que estaban súper enamorados el uno del otro. Eran una pareja estupenda, perfecta, envidiable. Los dos guapos, jóvenes, simpáticos, llenos de vida... una noche desde mi ordenador percibí que ella estaba chateando. Al momento, sin demora y a pesar de la hora que era, la llamé por teléfono y le pregunté: ¿Qué estás chateando por internet?
—Hablando con un amigo —me contestó– no hay nada malo en ello.
—¿Con un amigo? En internet los amigos y a estas horas —las 03’00h de la madrugada— llevan en la palabra antifaces que ocultan los objetivos y las intenciones. Cada tecleo son dardos lanzados a la intimidad y comportan el riesgo que alguno de ellos dé en tu corazón. ¿Eres consciente del peligro que conlleva el chateo verdad? Su contestación fue la de muchas gentes en su misma situación y mil veces escuchada.
—No pasa nada Luís. Yo controlo. Son sólo amigos. Yo no busco nada. No estoy haciendo nada malo. No me estoy acostando con nadie. Es sólo amistad. Bla, bla, bla, bla y más bla bla y bla.
—Le interrumpí en su retahíla continuada de frases hechas y defensivas y le dije de nuevo: tía, detrás de la palabra “amigo”, siempre hay una moneda con sus dos caras. Hablas, ríe, te distrae… la moneda ya está lanzada al aire. Saber que cara te deparará la suerte es una incógnita. ¿Crees qué merece la pena éste tipo de juego estando casada? Si tienes carencias o inquietudes en la vida habla con él, pero no te juegues tú matrimonio a un cara o cruz, no seas tan frívola e ilusa. Si tú estuvieses divorciada, sola, separada, soltera, viuda… no pasa nada, es un riesgo que asumes sin hacer daño a terceros, pero no lo estás. E incluso diría de esas parejas que estando casada pero hacen vida casi separadas por la indiferencia por parte de ambos, tampoco pasa nada porque entre ellos no hay amor. Pero no es tú caso... ¿vale?. Hoy en día distraerte por Internet lo hace la mayoría de las personas, y en los corazones solitarios es un medio a menudo empleado, rápido y práctico, para buscar pareja. Siempre con la cautela de ir despacio y con prudencia porque encuentras cada pellizcao por internet que no veas.
—¡Ya sé por dónde vas! —me interrumpió casi enfadada mi amiga— yo estoy por encima de esto, y a mí no me pasará. Y tienes razón, es un juego peligroso, pero ya soy lo suficiente grandecita para saber hasta dónde puedo llegar.
—Tal vez tenga razón —le contesté— no es mi deseo subestimar la seguridad que posees en ti misma pero... piénsalo. Otra cosa: ¿él sabe qué chateas por internet con extraños?
—¡NOOOOO! —Mi amiga medita unos segundos en silencio ese rotundo ¡Noooo! que le salió del alma y lo suaviza un poco— ¡De acuerdo! ¡No lo sabe! pero se lo pienso decir. No me gusta ocultarle las cosas, y estoy segura que él no me dirá nada porque sabe que no hay maldad en lo que hago. Una cosa Luís, sobre todo deja que sea yo quien se lo diga ¿vale?
Ahí quedó toda la conversación. Tres meses después, mis temores se hicieron realidad: vino la separación. Hoy es un día triste para mí. Internet sin que lo sepamos, una vez más se ha convertido en el nuevo Cupido de la sociedad, y a través de él, una flecha envenenada de bonitas palabras se clavó en el corazón de mi amiga. Bueno o malo, ¿quién lo sabe? El tiempo habla y da todas las respuestas. Como dije al principio, ella cree que la elección es buena. Él cree… bueno él, con el corazón destrozado no cree en nada, sólo llora. Es el continuo resultado de los desamores: la felicidad de uno, comporta el llanto del otro.