BOANERGES

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jueves, 2 de diciembre de 2010

A MIS AMIGAS, AMIGOS Y A OTRAS YERBAS

     A lo largo de todos estos años vuestra amistad, ha sido halagos que han mordisqueados cariñosamente y por belleza todos mis sentidos. Tenéis el don de poder acariciar con las palabras. Un arte sublime y bello que durante todo este tiempo ha endulzado mis oídos, llegando a veces a un verdadero orgasmo cerebral. Qué puede que esta frase no guste a todo el mundo… tal vez, pero a mí me encanta. Por vuestra comprensión y de ante mano, os doy las gracias y de paso os digo que no la pienso cambiar por un eufemismo mejor sonante porque entonces no sería yo, y la verdad sea dicha: no me da la gana, ja ja ja.
     Amigas, amigos, otras yerbas… me gustaría caer rendido a vuestros pies, más no puedo porque sencillamente estoy vencido por otras épocas algunas de ellas tempestuosas, que aunque uno se repone como buenamente puede, siempre quieran o no, dejan muecas en la culata de mi corazón haciéndome difícil doblar las rodillas ante nadie. No por ser más hombre, sino porque se encuentran encalladas.
    Debo deciros que es curioso la de años que llevo sin darle importancia a los pretéritos sociales que me han acompañado a lo largo de lo que comienza ser una dilatada vida. No es aburrimiento pero poco falta, y aunque mis estrafalarias aventuras indiquen lo contrario, uno comienza a saborear la vida con un reojo melancólico puesto en el pasado. No me siento viejo y lejos de sentirme un carcamal, pero estoy como quien dice sentado en un pesado umbral que marca un tiempo con algunos añitos a sus espaldas, y uno la verdad, se convierte en un cansino intransigente e indomable que en ocasiones me asusto hasta yo de lo intratable que soy. Por eso aunque a vosotros no os lo parezca, creo que de buen tío tengo poco, más bien nada. Tampoco soy un monstruo pero mucho menos un angelito.
     Hace muchos años que he olvidado el olor del plumier, de saca-puntas, de la goma de borrar, del lápiz... la esencia de la niñez se desvanece en mi mente. Ahora por experiencias vividas, todo se revuelve en mi mente hasta mis palabras. Hasta incluso a veces las vuestras, no por eso dejo de creer en la vida y en los amigos. Todo lo contrario: gracias a vosotros me mantengo en pie y con una sonrisa en los labios. Es por ese el motivo de estas líneas, en daros las gracias por vuestra amistad. Sin ella, mi camino hacia el Gólgota de la vida sería más penoso.
       De todo corazón, gracias a todos/as por el cariño y afecto que me dais.- Un beso a las chicas y un pellizco dónde más duela a los tíos ja ja ja.-
Vuestro amigo: Luís Ramos Figueroa.-